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Actualizado: 27 oct 2022

Para gestionar uno o varios cambios en la marca, es importante aplicar un rebranding a la medida. Por ello, sigue estos pasos y lo conseguirás exitosamente.





1. Conoce la marca y defínela de forma clara

No es que tengas que investigar la historia completa de la empresa, pero sí ten claro cuál ha sido su trayectoria para detectar cada una de sus etapas y sobre todo reconocer la etapa de declive, si es que se encuentra en ella. También define la propuesta de valor única respecto de la competencia, para siempre tener presente la diferencia y expresarla en el trabajo de rebranding.

Conocer bien la trayectoria de la compañía te ayudará a definir los próximos objetivos de restauración, así como las acciones a ejecutar para redireccionar la identidad corporativa.


2. Conoce tu público objetivo

Cuando lanzas un dardo sabes cuál es el punto al que deseas acertar, y lo mismo ocurre con una campaña de rebranding. Necesitas conocer no solo tu blanco, es decir, tu mercado meta, sino también saber cómo llegar a él. Es por ello que un análisis de mercado te ayudará descubrir cómo se ha sentido con la marca y qué espera de ella.

Utiliza un focus group para conocer con más detalle los efectos actuales que causa la presentación de tu marca, y también para medir el impacto previo que tendrán los cambios que desees efectuar.


3. Realiza una lista de prioridades y un presupuesto

Este proceso te llevará tiempo, trabajo y también dinero. Por ello deberás revisar cuál es el principal objetivo por alcanzar y los que le sucederán para respaldarlo o reforzarlo.

Calcula a cuánto ascenderá la inversión que este proyecto requerirá y haz los ajustes que sean necesarios. Realizar un rebranding es una decisión trascendental; por tanto, no hay lugar para fallas; analiza detenidamente lo que necesitas para lograrlo.


4. Prepara una proyección de cambios-beneficios

En algunas corporaciones uno de los principales obstáculos a vencer es la aprobación interna para iniciar el proyecto de rebranding. Así que tendrás que convencer a directivos o socios como parte de los pasos que debes asegurar.

Es hora de poner todas tus habilidades sobre la mesa. Prepara una proyección donde muestres tasas de crecimiento, comparación de recursos utilizados en el pasado e índices de aceptación con otros casos de éxito; además, indica el costo de inversión y, sobre todo, resalta los beneficios que traerá a la compañía.


5. Crea un nuevo concepto

Dos o más cabezas piensan mejor que una, y el rebranding no es la excepción. Desarrolla un proyecto de diseño con ayuda de un equipo creativo que logre captar y plasmar las ideas que representen adecuadamente tu marca.

Si se trata de un cambio en la forma de trabajo puedes establecer, por ejemplo, nuevos protocolos de atención al cliente para construir mejores relaciones o crear mejores ambientes para los empleados y que ellos, a su vez, reflejen los valores de la compañía.

En un rebranding de imagen o presentación corporativa, no olvides que el contenido debe ser de calidad y valor. Adapta todos los activos a tu logo, en la web, en el embalaje u otros materiales audiovisuales que den identidad a la marca.

Cuando hablamos de asset nos referimos a elementos de valor que se insertan en el proceso de diseño y sirven de estímulo para activar una respuesta en el receptor. En este caso puede ser un sonido o melodía, un color, una forma, la tipografía, un icono, una voz u otra característica esencial que sirve para identificar la marca casi de forma automática.

Ahora, observa este video y pon a prueba tus sentidos. ¿Eres capaz de reconocer estos 40 logos y marcas? Seguro que acertaste en reconocer la mayoría de los activos.


6. Asegúrate de que sea legal

Confirma que tienes el derecho a usar el nombre que escogiste. Muchos empresarios cometen el error de elegir un nombre y luego avanzan con sus esfuerzos de branding como firma, sitio web, diseño de logo, etcétera, cuando no tienen idea de quién más puede estar usando un nombre igual o similar. Contar con la ayuda de un consultor que haya estudiado o hecho un reporte sobre el tema es un paso esencial al momento de cambiar de branding para evitar posibles cambios en el futuro.


7. Mantén informados a los empleados

Comunicar el nuevo enfoque, visión y posicionamiento de la marca a tu equipo de trabajo es crucial. Esto no significa enviar una enorme cantidad de correos electrónicos. Se refiere a educar a los empleados acerca del significado del cambio de marca, hacer que cada empleado se una a la transformación y alinear a todos hacia un objetivo común.


8. Desarrolla estrategias para tu anuncio

Con tanto peso en tu marca actual, es fácil olvidarte de la estrategia para anunciarlo al mundo. Al desarrollar una estrategia, es vital recordar que a las personas no les interesan los nombres o logos, sino cómo el cambio de marca modificará positivamente su experiencia con tu empresa. Debes dejar bien claro por qué esto es importante, explica que seguirán obteniendo lo que siempre han recibido, además de nuevos beneficios.


9. Comunica en el medio y momento adecuado

Establece cuándo y cómo emitir el mensaje. Por ello es primordial que realices un plan de comunicación que incluya marketing digital. Cuando ya tienes estructurado un plan de campaña, lo que debes definir es la forma o medios en que deseas mostrar los nuevos cambios y el momento oportuno para hacerlo.

Empieza a crear la base de que se acerca un lanzamiento con dos semanas de anticipación, aproximadamente. Es una buena forma de engancharte con tus nuevos clientes y conseguir sus comentarios o pensamientos para crear una mejor relación que, con el tiempo, se traducirá en mayor fidelidad y ventas en el futuro.


10. No dejes nada desactualizado

Asegúrate de cambiar el branding de todo. No dejes trazos de tu antiguo diseño de logo. Eso no se ve nada profesional. Cuando los consumidores ven tu nuevo diseño de logo en un lugar y el antiguo diseño en otro, pensarán que no estás organizado o alineado.

Quizá una forma de realizar una presentación sea por medio de un evento o en un mes de aniversario. Analiza la forma y el tiempo que resulte más amable y fácil de aceptar para el público.


Actualizado: 27 oct 2022



Existen muchas razones por las cuales puedes estar considerando hacer un rebranding. Tal vez estás planeando expandir tu negocio a otros mercados, has decidido atraer a un nuevo público objetivo o tu empresa ha cambiado su visión. Sea cual fuere la razón, es importante que sepas cómo gestionar este cambio para que sea exitoso.

Como dice el saber popular: «el que no arriesga, no gana».


¿Que es Rebranding?

Es una estrategia de marketing que implica modificar de forma parcial o total el conjunto de elementos que identifican a una marca, con el objetivo de mejorar su posicionamiento. Así se puede recobrar el reconocimiento en el mercado o llegar a nuevos territorios, entre otros aspectos.


Un rebranding puede incluir desde una modificación en el nombre o diseño de la marca, un cambio en algún sello característico en las campañas publicitarias, hasta la tipografía utilizada e incluso formas de trabajo internas o las fórmulas de despedida de sus emails.

La finalidad del rebranding es cambiar la opinión de los clientes e inversores sobre una empresa ya establecida. Se trata entonces de hacer los cambios necesarios para conectar con un público objetivo, ser reconocido y establecer una nueva forma de identificarse con la marca. Estos cambios hacen tangible la personalidad de la marca a través de un mensaje que hable sobre la misión, la visión o algo que hace especial a la compañía.


Cuándo deberías hacer rebranding

1. Si tu empresa está en una etapa de declive

Al definir el rebranding te mencionamos que se trata de un proceso de cambio, por lo cual es importante conocer cuándo debe aplicarse. Este proceso depende del ciclo de vida de una marca tal como lo mostramos en la imagen siguiente:


La primera etapa en la vida de una empresa comienza en su nacimiento (o introducción), una segunda etapa comprende su camino de crecimiento, la tercera es la parte más alta de la curva que representa su madurez, y cuando la línea comienza el declive indica un periodo en el que la empresa podría atravesar por dificultades. Las estrategias de rebranding entran en acción para evitar el descenso hacia el temido «Valle de la muerte».

Una empresa madura que comienza a observar su declive tiene la oportunidad de revivir con un rebranding.

2. Cuando el objetivo central del negocio ha sido modificado

Tal vez tu marca ya logró posicionarse de cierta forma, pero quieres renovarla conforme a las tendencias o proyecciones de tu sector. En ese caso, deberás hacer los estudios pertinentes en cuanto al reposicionamiento de tu negocio, respecto de tu público objetivo, tus productos y precios, además de los medios de promoción, por ejemplo.

3. Si los usuarios o consumidores ya no se sienten identificados con la marca

Los tiempos cambian y las tendencias también. Si has notado que tus consumidores ya no tienen la misma respuesta que antes, evalúa si un rebranding es lo más adecuado. Eso sí: evita caer en una competencia por la notoriedad, ya que eso podría convertirse en un error. La popularidad es importante, pero lo es más el hecho de ser relevante para tu público objetivo.

4. Cuando la empresa busca superar las fronteras geográficas del mercado

¿Tu marca se expandirá? Seguramente hay algunos aspectos que deberás modificar para llegar a tu público, lo cual implicará una adaptación parcial, ya sea de tu imagen o de tus productos. Aunque en algunos casos puede ser viable la opción de modificar la marca de una manera más radical.

5. Si la imagen de marca se asemeja a otra

Si surge algún impedimento legal para continuar con una marca específica, ya sea en su identidad corporativa o en algún aspecto central, el rebranding es una opción totalmente necesaria a seguir.

Evita pensar que el rebranding es la salida a un momento de crisis o simplemente responde al deseo de cambiar. Tu marca es uno de tus activos más valiosos, por lo que es siempre necesario reconocer cuáles son los objetivos que tienes al aplicar un proceso de esta magnitud.




Figurar en los primeros puestos en las búsquedas de Google de forma orgánica, no es fácil y además toma tiempo, la optimización SEO no es la única forma de poner tu sitio web al frente, existe una forma más directa, denominada SEM, por sus siglas en inglés Search Engine Marketing.


Qué es y cómo funciona el SEM. El SEM consiste en generar anuncios para keywords o palabras claves determinadas, de forma tal que, cuando una persona esté en la búsqueda activa de un producto o servicio, el mismo se muestre primero que los de la competencia, captando la mayor parte de la atención del posible cliente o consumidor.


Por supuesto, este servicio no es gratuito, Google cobra por cada clic que lleva tráfico a tu sitio web. La buena noticia es que, mientras más relevante sea tu anuncio y mejor optimizada esté tu página, mas barato será el clic. Esto se debe a que el sistema de subasta que maneja google se basa en calidad y no en el mejor postor por ello, es muy importante saber cómo funciona el SEM.


Para que este tipo de anuncios sea rentable resulta claro que una buena segmentación es crucial. No es fácil encontrar las palabras claves para el público adecuado y diseñar un anuncio para cada una de ellas, por ello hay que entender como funciona el SEM. El secreto está en ser relevante, traduciéndose en que cada persona que busque un producto o servicio “A” consiga exactamente ese “A” que está buscando.

Sin la guía de un equipo verdaderamente capacitado y certificado en Google AdWords, los resultados difícilmente serán los esperados. Usando esta herramienta adecuadamente, no solo se puede mejorar el volumen de conversiones, que bien pueden ser una venta, una suscripción, una llamada o una visita a tu local, sino también optimizar el SEO en menos tiempo, al obtener un mayor volumen de tráfico de calidad a tu sitio web.


La ejecución de una campaña requiere orden y objetivos claros, sin estos dos elementos el retorno de la inversión (ROI) no solo se verá comprometido, sino que será más difícil medir qué palabras claves tuvieron mejores resultados, cuáles no lo hicieron, qué tipo de anuncio trae más clics, cuáles de estos clics generan más conversión, entre muchas otras interrogantes que necesitan ser contestadas.


¿El SEM solo sirve para las búsquedas en Google?


No, va más allá de los resultados de las búsquedas, también hace presencia en otras aplicaciones del ecosistema Google, como lo son: Google Maps, YouTube, Google Shopping, Gmail, entre otras. Fuera de su ecosistema, Google también tiene presencia en millones de páginas web, gracias a la plataforma de Display en Google Adwords.



De esta forma, Google muestra anuncios en páginas web que vayan en contexto con el producto o servicio que ofreces, pero no en formato texto como el de las búsquedas, sino en uno más visual de imágenes, videos, o una combinación de ambos haciendo más llamativo tu anuncio.


Google también maneja otra herramienta llamada remarketing, con la que puedes volver a impactar en aquellos posibles compradores que entraron en tu sitio web, revisaron el producto pero no compraron. A estos, durante su navegación normal, les empezará a salir anuncios referentes al producto o servicio por el que mostraron interés, incluso con algún descuento para hacerlo aún más atractivo y relevante.


Todas estas opciones suenan verdaderamente maravillosas, pero sin la guía de un equipo profesional, difícilmente se podrán conseguir los resultados deseados, puesto que estas herramientas que Google pone a nuestra disposición son de todo menos sencillas.


Photo by Brett Jordan on Unsplash


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